A propósito del Día Internacional del Sol, que se celebra cada 21 de junio por iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas, es importante recordar el papel fundamental de esta estrella como fuente de vida. Más allá de la fotosíntesis, el Sol deja un registro tangible en los árboles que puede leerse mediante la dendrocronología, una disciplina que estudia los anillos de crecimiento de la madera para comprender cómo ha cambiado el clima a lo largo del tiempo.
Para ello, el Dr. Luis Ubaldo Castruita Esparza, junto a su equipo del Laboratorio de Ecofisiología de la Facultad de Ciencias Agrícolas y Forestales de la Universidad Autónoma de Chihuahua, lidera importantes investigaciones para entender cómo el sol influye en los ecosistemas forestales. Estos estudios abordan temas como la ecofisiología de plantas leñosas, la reconstrucción de sequías y precipitaciones pasadas, la productividad forestal, los regímenes de fuego y la respuesta de los bosques al incremento de CO₂ en la atmósfera, todo ello en el contexto del cambio climático global.
Es así que el doctor Castruita nos explica cómo estos anillos actúan como testigos naturales. Su grosor y composición revelan información clave sobre precipitaciones, temperaturas e incluso sobre eventos como El Niño o la Oscilación Multidecadal Atlántica.
Además, mediante el análisis de isótopos como el carbono (13) y el oxígeno (18) en la madera, los investigadores pueden vincular los cambios en los árboles con los ciclos solares, que se repiten aproximadamente cada 11 años.
“Este enfoque tiene sus raíces en el trabajo del astrónomo Andrew Ellicott Douglass, quien fue pionero en demostrar cómo la actividad solar queda reflejada en los anillos de los árboles, especialmente en especies longevas como Pinus longaeva”, concluyó.
Con ello, la UACH contribuye activamente al conocimiento científico global sobre los vínculos entre la energía solar, el clima y la dinámica de los bosques, reafirmando su compromiso con la sostenibilidad y la ciencia aplicada al entorno natural.
